viernes, 5 de marzo de 2010

6 de marzo


Hoy, hace un año, Rafa nació.
Había sido calculadamente arrancado de su lecho y expulsado al país de las maravillas.
No diré eso de "parece que fue ayer" porque tengo la sensación de que ha pasado mucho, mucho más tiempo, aunque conservo frescas sensaciones.
Recuerdo el primer beso que le dí, mientras alrededor llovía, y como se adaptaba a su nuevo hábitat con movimientos torpes, lentos e indecisos. La fría incubadora era un lugar inhóspito que nunca le devolvió el calor que, por derecho, le tenía que haber dado el pecho de su madre.
Recuerdo como abría los ojillos lentamente, como con miedo a ser descubierto, y como respiraba desacompasado como un pez, que era, fuera del agua.
Recuerdo cuando escuché por primera vez su llanto, y la alegría que eso me produjo, y la última vez que lo hizo antes de la traqueotomía le conectara a un aparato que le dictaba como tenía que respirar. No poder oírle llorar fue para mi el momento más triste y duro de todo lo vivido.
Me acuerdo de cuando me sentía feliz y orgulloso de poder tomarlo en mis brazos, aún rodeado de cables, respiradores e incertidumbres y esa mirada penetrante de lobo herido.
Sé perfectamente el momento y el lugar en que Rafa vio por primera vez la luz del sol durante uno de los traslados al quirófano.
Ahora todo es diferente, Rafa Puede moverse, Rafa Puede respirar, Rafa puede transmitir, Rafa Puede deslumbrarse, Rafa Puede Pedir abrazos y Rafa Puede analizar el mundo que le rodea buscando sus puntos flacos e intentando descubrir lo que se esconde detrás del espejo.
Hoy Rafa cumple un año.
¡ Felicidades Cariño!

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